Los orígenes de la construcción se remontan a finales de la época medieval. Durante el siglo XIX, el edificio sufrió algunas reformas con el fin de hacerlo más adecuado a las nuevas normas de vida. El edificio fue la casa y la propiedad del famoso compositor Gioacchino Rossini durante el siglo pasado. Su ubicación es uno de sus principales características, a sólo 150 metros de la Catedral de Florencia y de 500 metros de la principal estación de tren.
Desde 1990 el hotel es gestionado directamente por la familia Lombardi, integrado por Armando, Carla y Pablo, que dominan en varios idiomas y personalmente a pasar por alto la comodidad de sus huéspedes.